Proust, el maestro del recuerdo. Tanto que le dedicó miles de
páginas en un libro(s) colosal y abrumador. Demasiado colosal y demasiado
abrumador. Hizo de algo efímero como es un fogonazo en la memoria un monumento
literario eterno. De todas las citas, me quedo con esta porque nadie lo ha
dicho más claro: el recuerdo es un inmenso y sólido edificio que sobrevive entre las
ruinas de todo lo demás inexplicablemente sostenido en lo más
pequeño, imprevisto e inmaterial. Por eso hay que temerle tanto, surge cuando menos te lo esperas y, en un segundo, te pone la vida del revés.
"Es que, cuando después de la muerte de las personas, después de la destrucción de las cosas nada subsiste de un pasado antiguo, solo el olor y el sabor –más débiles pero más vivaces, más inmateriales, más persistentes, más fieles- perduran durante mucho tiempo aún, como almas, recordando, aguardando, esperanzados, sobre la ruina de todo lo demás, portando sin flaquear sobre su gotita casi impalpable el inmenso edificio del recuerdo….. "
Marcel Proust. En busca del tiempo perdido